martes, 21 de junio de 2011

En torno a un edificio de Talamantes

            En el municipio de Talamantes y en un paraje de gran belleza, frente a las peñas de Herrera, se está levantando el edificio que aparece en las fotografías. No se trata de una obra pública, a pesar de su aspecto exterior, sino de una vivienda unifamiliar. En forma de cubo y con revestimiento exterior de piedra de Calatorao, la vivienda se articula en torno a un núcleo central circular.


            Podrán ser cuestionadas las características del proyecto y valorar si se trata del diseño más adecuado para su utilización como vivienda o, incluso, si con la inversión realizada se podían haber obtenido mejores resultados. Pero todo ello pertenece a la esfera privada y son asuntos que quedan dentro del marco de las relaciones contractuales entre el promotor y el arquitecto responsable.


            Pero, de lo que no cabe la menor duda es que no es un proyecto respetuoso con el entorno. Ni por el entorno natural, ni por las características de la arquitectura tradicional de la zona, se tendría que haber autorizado su construcción.

            No obstante, tras las oportunas consultas, hemos podido constatar que el proyecto se ajusta, al parecer, a la normativa vigente en ese lugar. Por lo tanto, habrá que cambiar las normas, de manera inmediata, para que no puedan volver a repetirse actuaciones como la que comentamos.


            Talamantes es una de las localidades más bellas de nuestra comarca. Lo hemos señalado en otras ocasiones. Lamentablemente, la imagen espectacular de su caserío, se ha ido diluyendo por múltiples actuaciones que han ido desvirtuando sus señas de identidad y el color ocre de su fachadas de piedra que han sido enfoscadas y pintadas, hasta el punto de que se ha podido afirmar que “Si no fuera porque estamos en Aragón, se podría decir que Talamantes ofrece el aspecto de un pueblo andaluz, de los llamados “pueblos blancos” encaramados en las laderas de las serranías béticas. Efectivamente, la mayoría de sus casas están acabadas en color blanco, presentando una gran uniformidad en sus construcciones…”. Este sorprendente comentario, en el que el autor, con un profundo desconocimiento del medio, manifiesta su entusiasmo por el aspecto del caserío, aparece, nada menos, que en el punto 1.5.2 del Proyecto de Delimitación de Suelo Urbano, aprobado el 23 de febrero de 1998, siendo el instrumento urbanístico en vigor.

            Podríamos extendernos en comentarios más o menos irónicos, pero, en lugar de hacer palmas, creemos que se impone una profunda reflexión sobre lo que estamos haciendo para preservar nuestro patrimonio y un legado cultural que es de todos.

3 comentarios:

  1. Hola
    A mi tambien me parece una barbaridad. Al hacer las consultas ¿habeis podido confirmar que es suelo urbano y que tiene la altura y caracteristicas legales?

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  2. ¿Seguro que no se puede hacer nada para paliar semejante desaguisado? Todos los amantes de la Naturaleza, del paisaje y de Talamantes tendríamos que unirnos para intentar hacer algo.
    ¿Cómo podemos soportar semejante agresión a la belleza natural?
    ¡No me resigno a que ese monstruo, ese monumento a la prepotencia y al desprecio hacia el medio natural y hacia los habitantes y visitantes del pueblo de Talamantes siga en pie un día más! Hace cuatro días que lo he conocido y desde entonces tengo un dolor inmenso en el corazón

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  3. LLego bastante tarde a comentar esto, pero siempre que voy de paseo por ahí (soy de Talamantes), no se pueden evitar palabras malsonantes (lo resumiremos asi), y sí, lamentablemente está dentro de la legalidad, máximo de 3 alturas y paredes de piedra. Es todo un alarde de ostentosidad por parte del propietario de semejante monstruosidad. Lo llaman el tanatorio, caja de zapatos, cosa ... y cuando el dia está nublado, puedo jurar que da miedo. Una vista tan bonita como es la de las Peñas de Herrera desde las bodegas... ¡un icono y foto de rigor! me atreveria a decir... pues adiós, ya no existe. Y siendo mala... ¿existen simas en ese trocico de terreno?. Hace unas semanas me encontŕe que los metros que hay desde los corrales hasta 'esa casa' (hacen falta narices para llamarlo casa) habian sido asfaltados, ya es una calle más, ya ha dejado de ser el inicio de un camino hacia a las peñas... y diria tanto desde la tristeza... pero en fin, no queda más que el derecho a la pataleta.

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