jueves, 5 de enero de 2012

Sobre el compañero de San Nicolás de Tolentino



            El pasado día 15 de diciembre publicamos un comentario sobre esta imagen que, originalmente, representaba a San Nicolás de Tolentino y, posteriormente, reconvertida en San Buenaventura, aunque con el anacronismo de mantener la correa agustina en lugar del cordón propio de los franciscanos. San Buenaventura lo era, mientras que San Nicolás pertenecía a la Orden fundada por San Agustín.



            Uno de nuestros lectores nos pide, ahora, que indiquemos a quien corresponde el busto que aparece al otro lado de la capilla de San Antón, en la antigua colegiata de Borja. Con mucho gusto le complacemos, pues por extrañas circunstancias, el azar ha venido a unir a dos santos que tuvieron relación.




            El busto al que se refiere nuestro comunicante representa a San Nicolás de Bari. Originario de Licia, en la actual Turquía, fue un obispo del siglo IV al que se profesa una gran devoción de todo el mundo. La única relación que tiene con Bari (Italia) se debe al hecho de que sus reliquias fueron llevadas allí, tras la caída de Constantinopla en poder de los turcos. El santuario donde se guardan se convirtió en un centro de peregrinación, al que acudieron en el siglo XIII, unos humildes campesinos que deseaban tener un hijo, sin conseguirlo. A pesar de que la esposa ya era de cierta edad, quedó embarazada y, cuando nació el niño tan esperado, le pusieron el nombre de Nicolás, en agradecimiento al favor recibido. Ese niño fue, más tarde, San Nicolás de Tolentino que, por mera casualidad, se venera en Santa María de Borja, junto a la imagen de su protector.




            Pero, además, es interesante recordar estos días a San Nicolás de Bari ya que es el patrón de los niños. Según la leyenda, devolvió a la vida a tres pequeños que habían sido sacrificados por un malvado posadero para dar de comer a sus clientes. Por eso se le representa teniendo a sus pies a tres niños en una tina de madera. No este el caso que comentamos, pues es un busto procesional.




            San Nicolás de Bari es en muchos países el que pone juguetes a los niños, en Navidad, dentro de sus calcetines. Lo del calcetín obedece a otra curiosa leyenda: la de la ayuda dispensada a tres muchachas que no tenían dinero para poder casarse y el santo les arrojó unas monedas de oro por la chimenea que fueron a caer en las medias o calcetines que se estaban secando al fuego. Santa Claus es también San Nicolás, transformado en su nuevo aspecto, tras ser llevado a Norteamérica por los colonos holandeses. De hecho, existen imágenes humorísticas que ponen de manifiesto esta suplantación.




            De la petición de nuestro amigo hemos llegado a esta digresión sobre San Nicolás y Santa Claus, algo justificado porque esta noche, los Reyes Magos recorrerán las calles de Borja llevando la alegría a nuestros niños.

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