martes, 24 de abril de 2012

Balance de la fiesta de San Jorge



            Centenares de personas se congregaron ayer en la ermita de San Jorge de Borja para celebrar la fiesta del patrón de Aragón. Los actos se habían iniciado el día anterior, al mediodía, con volteo general de campanas y lanzamiento de cohetes desde la Casa Consistorial, una tradición afortunadamente recuperada tras varios años en los que el ruido de estos elementos pirotécnicos se escuchaba en contadas ocasiones. Por la noche, la ronda del roscón recorrió las calles, tal como informamos ayer.




            El día de la fiesta amaneció radiante facilitando la participación en la Santa Misa que fue concelebrada en el interior de la ermita, completamente llena de fieles, por el párroco D. Florencio Garcés Argudo y el sacerdote borjano D. José Luis Sanjuán.




            Al término de la misma se procedió a la bendición de los términos. Es una antigua tradición que, como en otros lugares, tenía lugar cada año con ocasión de la Cruz de Mayo.




            Originalmente, se realizaba desde el llamado monte de la Corona, junto al pilar votivo que allí existía. Desaparecido éste, hemos conocido el llevarla a cabo a la entrada de la ciudad, junto al parque. Actualmente, con gran acierto, se realiza el día de San Jorge y en el exterior de su ermita.




            La cruz utilizada sigue siendo la que se conserva en la colegiata de Santa María que, en esta ocasión, era portada por un acólito de excepción. La bendición se efectúa en diversos puntos, en presencia de autoridades y fieles, en medio del silencio y la atención de los asistentes.




            Una bonita ceremonia, dentro de una jornada festiva que contó con actividades para los niños en dos de los parques de la población. Por la mañana, hubo juegos organizados por la Cruz Roja de la Juventud y, por la tarde, disfrutaron con las atracciones hinchables instaladas al efecto.




            A lo largo de este día se consume también la “culeca”, un dulce tradicional que tiene forma de mujer, con los brazos en “jarras” y con dos huevos insertados en el cuerpo. Solía elaborarse en la noche de este día y los de más edad han visto como iba montándose sobre la caña que le sirve de eje, para culminar con la “corbata” trenzada que se le colocaba en torno al cuello. Luego eran bañadas de blanco y enviadas al horno para cocerlas. Ahora, la mayoría de las culecas se elaboran sin baño y los huevos no siempre están presentes o son de codorniz. La simpatía de quienes las venden compensa, con creces, el desembolso que hay que efectuar para conseguir estas “culecas” de los nuevos tiempos.





Terminamos con estas dos bonitas imágenes de nuestra ciudad, desde San Jorge, agradeciendo la colaboración de D. Enrique Lacleta que realizó este reportaje.

No hay comentarios:

Publicar un comentario