martes, 5 de junio de 2012

Lápidas en nuestras calles: A Fray Julián Garcés en Borja



            En la fachada de la iglesia de Santo Domingo de Borja se encuentra esta lápida dedicada a Fray Julián Garcés, un ilustre obispo dominico, cuyo lugar de nacimiento no se conoce con precisión.
            Munébrega lo considera hijo de esa localidad porque allí nació su padre Ximén Garcés, algo que no se cuestiona. Sin embargo, desde hace mucho tiempo se ha apuntado la posibilidad de que Fray Julián naciera en Borja, en 1452. A esta hipótesis se suman los historiadores de la Orden de Predicadores basándose en el hecho, perfectamente documentado, de que, en el desaparecido convento de dominicos de Zaragoza, existía un retrato suyo en el que se hacía constar “El Ilmo. y Venerable Señor Dn. Fr. Julián Garcés, natural de Borja…”.




            En cualquier caso, el joven Julián, tras iniciar su formación humanística en la Universidad de Salamanca, tomó el hábito dominico en el convento de San Esteban de esa ciudad, el 25 de marzo de 1487. Tras una brillante carrera en la orden, en 1527 fue nombrado obispo de Tlaxcala (México). Tenía más de 70 años cuando llegó a Nueva España en 1527.




            A pesar de su avanzada edad, acometió con entusiasmo su tarea apostólica, estableciendo su sede en la ciudad de Puebla de los Ángeles, por reunir mejores condiciones. Inició la construcción de su catedral que, más tarde, llegaría a ser un templo de gran interés artístico.




            También impulsó el establecimiento de un convento de dominicos, donde fue enterrado, tras su fallecimiento en 1542, cuando contaba 90 años de edad. Sus restos fueron trasladados a la catedral por su sucesor el, ahora, Beato Juan de Palafox.




            Fray Julián Garcés fue un gran obispo que ha pasado a la historia por la carta que, en 1533, envió al Papa Paulo III, defendiendo los derechos de los indios. Fue un documento fundamental que influyó en el ánimo del Pontífice para que, cuatro años después, promulgara la bula Sublimis Deus, considerada la Carta Magna de los derechos de los indígenas.




            Con motivo del V Centenario del Descubrimiento, el 28 de junio de 1992, el Ateneo de Zaragoza y el Centro de Estudios Borjanos organizaron un acto de homenaje a Fray Julián Garcés y a D. Juan de Coloma. El acto tuvo lugar en el Auditorio de Santo Domingo, ocupando la presidencia el entonces Presidente del Centro de Estudios Borjanos, D. Victorino Gracia Salas; D. Pedro Sancristóbal y Murúa, en aquellos momentos Director General de Acción Cultural del Gobierno de Aragón; D. Pablo Tejadas Ruiz, concejal del M. I. Ayuntamiento de Borja; y D. Fernando Solsona Motrel, Presidente del Ateneo de Zaragoza.





            Posteriormente, se procedió al descubrimiento de la placa antes de trasladarse a la calle de San Juan Alta donde se había colocado la dedicada a D. Juan de Coloma.

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