martes, 26 de febrero de 2013

La capilla de San José en el Santuario de Misericordia de Borja



            La actual iglesia del Santuario de Misericordia fue edificada, en 1602, con las cantidades aportadas por diversos fieles, entre los que destacó el obispo borjano fray Juan López de Caparroso, al que hemos hecho referencia en este blog, que contribuyó a esta obra con 200 libras.
            Es de planta rectangular con cabecera poligonal, recubierta  por bóveda estrellada en el presbiterio y de lunetos en el resto de la nave.  A ella se abren  capillas laterales, dos a cada lado, que fueron proyectadas conjuntamente. La señalada con una flecha en la fotografía está dedicada a San José, aunque inicialmente, según ha podido constatar el historiador D. Alberto Aguilera Hernández, el titular era San Miguel.

            Hacia 1670 comenzó a instalarse el retablo que fue sufragado por D. Pedro de Aibar y su esposa Dª Josefa de Charre, ambos infanzones, aunque mercader de profesión. Al año siguiente donaron una lámpara de plata, y su generosidad fue recompensada por el capítulo ya que, el 6 de octubre de 1673, la citada capilla era cedida y traspasada a la familia Aibar, quedando bajo su patronato y como lugar de enterramiento. De hecho, los fundadores están sepultados al pie del retablo.



            Se trata de un retablo barroco dorado y policromado, de un solo cuerpo, rematado por un ático a cuyos lados se encuentran las armas de los fundadores.



            El lienzo titular, en deficiente estado de conservación y con numerosas craqueladuras y pérdidas de materia, representa la muerte de San José. El santo patriarca, tumbado en el lecho tiene a su lado a su esposa, María, y a Cristo al que tiende sus manos. Según una piadosa tradición, San José murió antes de que Jesús iniciara su vida pública y tuvo la fortuna de contar con su ayuda en ese trance. En el cuadro puede verse al Señor señalando con su mano derecha al cielo que se abre, mostrando la imagen del Padre que se dispone a recibir el alma de San José.
            Este tema del “tránsito de San José”, aunque no es extraño en la iconografía del patriarca, tampoco es excesivamente frecuente por lo que hay que pensar que su elección responde a una intencionalidad relacionada con la condición de la capilla como lugar de enterramiento, pues no hay que olvidar que San José es considerado patrón de la buena muerte.




            En las basas de las columnas salomónicas que enmarcan el retablo están representados, en bajorrelieve, los bustos de San Pedro y San Pablo. El primero es fácilmente reconocible porque lleva en sus manos las dos llaves que constituyen uno de sus atributos personales. Más dudas presenta la otra identificación, pues aunque lo habitual es que forme pareja, no hay ningún detalle que lo corrobore y, por otra parte, es llamativo el que luzca una poblada cabellera cuando, frecuentemente, se le representa como un varón calvo.



            En el ático figuran los desposorios de la Virgen y San José, dispuestos a ambos lados del Sumo Sacerdote del templo, ante el que contrajeron matrimonio. También está enmarcado por columnas salomónicas y se remata con un frontón curvo partido. En opinión de Alberto Aguilera, su cronología y sus características permiten aventurar la hipótesis de que fue una de las primeras obras que, en Borja, se hicieron dentro de este estilo. Hay que tener presente que, ese mismo año, se instala el altar de la Virgen de los Dolores, situado en la capilla de enfrente, el cual es una obra plenamente manierista.



            Como hemos señalado, a los lados del ático se encuentran las armas de los fundadores. Federico Bordejé que las estudió anotó en sus cuadernos de campo que las de la izquierda son de los Aibar. No indica a quién pudo pertenecer el blasón de la derecha, pero lo razonable es pensar que fuera el de la esposa, Dª Josefa de Charre.



            En las paredes laterales existieron dos lienzos de indudable interés ya que, en ellos, aparecen representados miembros de la familia. De uno de ellos no disponemos, todavía de fotografías, pues fue retirado. En él figuran los retratos de D. Pedro Pablo Aibar y Dª Catalina Aibar. El que se encuentra en la capilla es el correspondiente a la fotografía anterior. La escena representada es la de la huida a Egipto. Una vez más, San José es objeto de especial atención por parte de esta familia. En ello influyó, sin duda, el nombre de la matriarca de la dinastía, Dª Josefa, una gran devota del santo, como lo demuestran los objetos devocionales que figuran en un inventario realizado, tras su muerte, por los herederos, en el que aparecen varios lienzos conservados en su casa de Zaragoza, con la misma temática josefina.



            Al pie aparecen los retratos de Dª Ana María Marco y D. José Aibar que, por la situación de los mismos y por la diferencia de edad que muestran, podrían ser madre e hijo. D. José parece un joven adolescente que viste casaca militar y lleva en su mano derecha un clavel rojo.
            Lamentablemente no disponemos de estudios específicos de esta familia, de la que Sánchez del Río afirmaba que procedía de Magallón, una de cuyas ramas se estableció en Borja, aunque en ella no aparecen los personajes representados de los que, por otra parte, sabemos que los fundadores de la capilla tenía su domicilio en la capital aragonesa.
            Queda también por aclarar la autoría del retablo un aspecto en el que, junto a los restantes del Santuario de Misericordia, está trabajando en estos momentos D. Alberto Aguilera con el propósito de poder editar el inventario del mismo, tan pronto como las circunstancias lo permitan y del que este artículo no es sino un anticipo, pendiente de ampliación.






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