domingo, 21 de julio de 2013

Estudio sobre los restos humanos encontrados en la iglesia de Ambel



            Con motivo de una de las fases de rehabilitación de la iglesia parroquial de Ambel, realizada en 2007, se llevó a cabo una excavación, bajo la dirección de los arqueólogos D. Alfredo Blanco y D. José Luis Cebolla. En el transcurso de la misma aparecieron numerosos restos humanos, ya que las iglesias fueron hasta el siglo XIX el lugar de enterramiento habitual. Aunque había algunas tumbas individuales, la mayor parte de ellos se encontraban mezclados en el subsuelo, como puede apreciarse en el punto señalado de la fotografía superior. La mayor parte de ellos, fueron depositados en el Museo de Zaragoza. 




            Ahora, a través de la página web del museo (www.museodezaragoza.es), hemos tenido conocimiento de dos investigadores de la Universidad de Durham (Reino Unido), la Dra. Betina Jakob y D. Joe W. Walser, los han estado examinando durante las dos primeras semanas del pasado mes de julio.
            Durante esos días han examinado los restos de 41 personas, desde el punto de vista antropométrico y paleopatológico, obteniendo muestras para la realización de análisis de laboratorio. Los trabajos se inscriben dentro de un estudio mucho más amplio que incluye otros países europeos y tiene como objetivo conocer las características de la población rural de una zona del interior peninsular.



            Los resultados de la investigación serán dados a conocer en su momento pero, por el momento, en la web del museo se adelantan algunos datos. En general, los restos analizados corresponden a personas de baja estatura y complexión no demasiado robusta y, en algunos casos, con deficiencias nutritivas. Uno de ellos padeció paludismo, una enfermedad no demasiado extraña en esta zona, pues se dieron casos hasta el siglo XIX, favorecidos por la existencia de albercas para el cáñamo que contribuían a la proliferación del mosquito del género Anopheles, vector de esta dolencia. También han aparecido evidencia de enfermedades tiroideas, sinusitis, problemas buco-dentales y artrosis, así como malformaciones óseas y fracturas consolidadas.
            Esta información viene a poner de manifiesto el interés de las excavaciones arqueológicas y el depósito de los restos encontrados en el Museo donde pueden ser consultados por investigadores que lo solicitan. Por otra parte, a través de esos restos óseos que, para algunos, no tienen trascendencia, se pueden obtener conclusiones de gran importancia cuando son analizados por personal cualificado.

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