lunes, 22 de julio de 2013

Sillares reaprovechados en otras construcciones



            El artículo publicado ayer sobre el descubrimiento de un posible capitel islámico en Borja ha suscitado interés en nuestros lectores que, en algunos casos, se preguntan sobre las razones del reaprovechamiento de materiales de otros edificios en nuevas construcciones. Sin embargo, esta práctica era algo habitual y, en nuestra propia ciudad, podemos encontrar otros ejemplos. Así ocurre, por ejemplo, en este edificio de la Planilla, sobre cuya acertada rehabilitación ya hicimos un comentario en este blog.





            En la parte inferior de su fachada se conservan algunos sillares con marcas de cantero, como los reproducidos en las fotografías anteriores. Es indudable que fueron aprovechados tras la demolición de otro edificio construido en los siglos XII o XIII que es la época en la que los maestros canteros dejaban sus marcas en los sillares trabajado por cada uno de ellos.




            Por otra parte, son sillares de diversa procedencia, pues junto a los de piedra caliza encontramos otros de alabastro. Precisamente, el que la rehabilitación haya mantenido las características de la fachada es lo que nos permite analizarlos ahora.




            En otros casos, el reaprovechamiento se producía en el mismo edificio. Así ocurre en la colegiata de Santa María, donde los sillares de la antigua fábrica románica fueron empleados en la construcción de un nuevo templo. Las imágenes que ofrecemos son desconocidas para la mayor parte de nuestros lectores, pues corresponden a un pequeño almacén del Museo de la Colegiata que está adosado al hastial del templo, en cuya parte inferior se utilizaron los sillares de esa iglesia románica que quedó arruinada en el siglo XIV, durante la guerra de los dos Pedros.

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