martes, 4 de marzo de 2014

Recuerdos del CEREMI


            Ayer recibimos esta postal poco conocida que es la nº 7 de una serie editada por Postales Victoria de L. Montañés de Zaragoza. En ella aparece pista central del Centro Recreativo de Misericordia (CEREMI) que nuestros lectores más jóvenes no recordarán. Creado, a mediados del siglo XX, en el Santuario de Misericordia por un grupo de personas, disponía de unas modernas instalaciones para su época. El núcleo principal lo constituía un bar con una pista de baile contigua, que es la que aparece en la fotografía superior.



            Emplazado frente a las escaleras que, desde la carretera de El Buste, permiten acceder a la plaza del Santuario, se convirtió en motivo de orgullo local, por lo que se hicieron varias postales con imágenes del mismo. En esta otra, puede verse la pista desde otro ángulo.





            El CEREMI contaba también con una piscina que fue la primera de carácter público que existió en nuestra ciudad, aunque pocos años después se construyó otra, ya en el casco urbano, por iniciativa de un empresario local. En las postales superiores, se puede ver el vaso de la piscina y el edificio de los vestuarios.



            La piscina, como la mayor parte de las existentes en su época, no disponía de sistema de depuración, pero tenía un “trampolín” desde donde los más intrépidos podían lanzarse sobre las cabezas del resto de los bañistas.
            Lo más llamativo era que se permitía bañarse juntos a hombres y mujeres. Ante semejante "escándalo" intervinieron inmediatamente las autoridades eclesiásticas que, debido a la contumacia de los responsables, terminaron decretando un interdicto, en virtud del cual dejó de celebrarse la Santa Misa en el Santuario. La tensión suscitada por estos hechos fue creciendo, aunque no tuvo repercusión mundial, ya que en aquellos momentos no existía Internet. Por fin, tras arduas negociaciones, se pudieron establecer unos horarios para hombres y otros para mujeres, evitando de esta forma tentaciones innecesarias.
            El CEREMI terminó siendo adquirido por las Hermandades del Trabajo, un movimiento apostólico en el ámbito laboral que había sido fundado en 1947 por el sacerdote D. Abundio García Román y que rápidamente se implantó en diversas ciudades de España y América. En Zaragoza eran y siguen siendo especialmente activas, gracias a la labor que desarrollaron los jesuitas P. Ángel Lahoz S. J. y P. Juan Acha S. J.

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