sábado, 6 de junio de 2015

Viajando se aprende


            Que viajando se aprenden muchas cosas es algo evidente, como pueden constatar todas aquellas personas que tienen la oportunidad de desplazarse a otros lugares, visitando monumentos, admirando paisajes, conociendo costumbres diversas o dialogando con otras personas. Sin embargo, nuestro nivel de conocimientos puede mejorar sensiblemente a través de la información que nos facilitan elementos, aparentemente sencillos, como son las placas de rotulación de las calles.

            Así nos ocurrió en una reciente visita a una población del oeste peninsular, donde encontramos datos muy precisos en esos rótulos. De esta forma pudimos saber, por ejemplo, que San Juan Bautista era un personaje del siglo I de nuestra era.



            O que San Lorenzo fue un mártir español, cosa evidente, que murió el año 258. Lo que hubiera nacido en el 210 ya es más dudoso, así como su lugar de origen que, como saben nuestros lectores, se disputan Huesca y Valencia. Los aragoneses nos decantamos por la primera ciudad, de donde eran sus padres San Orencio y Santa Paciencia, pero los responsables de la placa no se atrevieron a tanto, sin duda para no errar.





            Otros muchos ejemplos podríamos aportar de esta singular técnica docente que, además, tiene un carácter progresivo. Así por ejemplo al comienzo de la calle dedicada a Concepción Arenal se nos informa que era escritora, mientras que un poco más adelante se le une su condición de socióloga. En realidad, era Licenciada en Derecho, carrera que cursó en condiciones heroicas. Fue precursora de la Sociología en España y ferviente defensora de la reforma penal, a través de los cargos que ocupó. Como no llegamos a terminas el recorrido por la calle, ignoramos si de ello se informa en sucesivas placas de azulejería. 

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