jueves, 4 de febrero de 2016

Entrevista en Onda Cero


            La publicación ayer de una referencia a las cigüeñas, en relación con la fiesta de San Blas, ha despertado el interés de algunos medios de comunicación, como viene siendo habitual últimamente.
            En concreto, el Presidente del Centro de Estudios Borjanos fue entrevistado por Onda Cero, en directo, a las 19,35 de la tarde para abordar los problemas que estas aves plantean en determinados monumentos.
            En primer lugar, quiso poner de manifiesto que la cigüeña es una especie protegida en España desde 1990 y, por otra parte, la trasposición de determinadas directivas comunitarias y la adhesión a tratados internacionales ha reforzado ese nivel de protección.
            Destacó también la función que estas aves cumplen, por su acción plaguicida, en los campos de cultivo, razón por la cual han gozado siempre de gran simpatía entre la población, reforzada por la belleza de su contemplación.

            Lo que ocurre es que el equilibrio existente ha experimentado un cambio sustancial debido al incremento de su población. Basta con recordar que hacia los años 70 del pasado siglo el número de parejas contabilizadas en Aragón no llegaba a las 60, mientras que, en la actualidad, algunos estudios afirman que superan las 1.500. 




            La elección de los monumentos para establecer sus nidos tiene influencias muy perniciosas sobre el Patrimonio Cultural, especialmente cuando, como ocurre en Gallur, se registra una gran concentración. Recordó que muy cerca de aquí, en la antigua colegiata de Alfaro, se encuentra la colonia más numerosa de Europa, donde ha llegado a haber más de 400 ejemplares.
            Los daños producidos son consecuencia de tres factores. Por un lado, el meramente mecánico, ya que un nido puede llegar a pesar cerca de 500 kilos. Está también el efecto corrosivo de las deyecciones, unido a la ingestión de pequeñas piedras para favorecer su digestión que arrancan de pináculos y de los elementos prominentes de determinadas imágenes de las fachadas. Sin embargo, a veces se olvida la acción de los microorganismos que se desarrollan al amparo de sus deyecciones.
            Que el problema es importante, lo demuestra la atención dispensada por determinadas entidades dedicadas la protección del Patrimonio, como el Instituto del Patrimonio Andaluz o el Instituto del Patrimonio Español, del Ministerio de Cultura, que celebró en 2009, una reunión científica con este fin.
            Estamos, por lo tanto, ante la colisión de dos intereses, el ecológico y el patrimonial, sin que se hayan encontrado fórmulas adecuadas para compaginarlos, pues la colocación de nidos disuasorios no ha tenido el efecto deseado y, en ocasiones, constituyen un problema añadido por el peso de sus anclajes metálicos.

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