miércoles, 16 de marzo de 2016

Arqueología del vino


            El Instituto de Estudios Riojanos acaba de editar, dentro de su colección “Historia. Arqueología”, una obra que lleva por título Historia y Arqueología en la cultura del vino, la cual queremos resaltar de manera especial, tanto por el interés de sus contenidos, como porque abre nuevos horizontes para la investigación en un sector en el que estamos especialmente interesados.
            En diversas ocasiones, tanto el Consejo Regulador de la D. O. “Campo de Borja” como Bodegas Borsao, nos han solicitado información sobre la historia de la producción vitivinícola en nuestra zona y lo cierto es que, al margen de los estudios sobre el comercio en la antigüedad clásica, a partir de las ánforas encontradas en Bursao, poco hemos podido aportar.
            La obra que estamos comentando, coordinada por Rafael Francia Verde, aborda a través de una serie de artículos, breves pero sumamente sugerentes, la historia del cultivo de la vid en la Rioja. Estos trabajos fueron presentados en el XII Congreso de Museos del Vino de España, que se celebró en noviembre de 2014 en el Museo Vivanco de la Cultura del Vino y en la Escuela de Patrimonio Histórico de Najera.
            Dos de ellos abordan la prehistoria del género Vitis en la Península Ibérica y la propia historia de la vid, a través de estudios paleobotánicos y genéticos. Entre otros resultados, además de conocer la aparición y evolución de las variedades silvestres, se analizan las relaciones de parentesco entre las cultivadas en el valle del Ebro, entre ellas la “Mazuelo” y “Tempranillo”, aunque no se menciona la “Garnacha”.

            Otro artículo está dedicado a la producción de vino durante el I milenio a. C. con los testimonios arqueológicos encontrados, entre los que se encuentran el yacimiento de El Alto de la Cruz de Cortes de Navarra, muy próximo por lo tanto a Borja, y el del Cerro de la Cruz en el término municipal de La Muela.
            Muy interesante es, asimismo, el dedicado a los inicios de la viticultura en la península, a partir de las huellas de cultivo, con mención expresa a un caso singular, los testimonios encontrados en el yacimiento de La Orden-Seminario de Huelva, donde han aparecido zanjas de diferentes longitudes y fosas dispuestas regularmente que permiten una aproximación fidedigna a unas explotaciones agrarias, relacionadas con el vino, más allá de las fuentes escritas en los tratados clásicos.
            En otros trabajos se presentas nuevas evidencias arqueológicas sobre la vid y el vino en época romana, así como de los procesos de producción y comercialización en esa etapa histórica. El hecho de que, en gran medida, se circunscriba al ámbito geográfico de la Rioja da lugar a que no se citen trabajos sobre esta materia en otros lugares, como el anteriormente comentado para nuestra zona.
            Incluye también una referencia a los mosaicos romanos con esta temática y una recopilación de medidas cerámicas para el vino, junto con otros artículos de interés como el referido a la restauración de diversas piezas etnológicas en la colección del Museo del Vino “Pagos del Rey” en Morales de  Toro (Zamora).
            Si a ello unimos una síntesis de la metodología seguida en el estudio arqueológico de la antigua granja cisterciense de La Noguera, en Tudelilla (La Rioja), el interés se acrecienta para nosotros, dada la proximidad geográfica y las concomitancias con nuestra zona.

            Nos gustaría que obras como la que comentamos sirvieran para estimular la realización de trabajos similares en nuestra comarca. Para ello, se requieren investigadores que, desde diferentes perspectivas aborden una tarea, en la que contarán con el apoyo del este Centro y que, en cualquier caso, consideramos apasionante.

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