viernes, 20 de mayo de 2016

Quinta sesión del curso sobre Patrimonio Cultural Inmaterial




            Ayer se celebró en el Salón de Actos de la Casa de Aguilar la quinta sesión de este curso sobre Patrimonio Cultural Inmaterial que tanta expectación ha despertado. En principio, estaba previsto que corriera a cargo de D. David Ferrer Gómez pero, por circunstancias imprevistas, se hizo cargo de la misma el Presidente de nuestro que habló sobre una interesante serie de tradiciones, de origen medieval, algunas de las cuales han podido ser atestiguadas en Borja y en otras localidades de su entorno.




            Se refirió, en primer lugar, a la fiesta del obispillo, en la que un niño perteneciente a la escolanía de las catedrales o abadías era elegido, en la fiesta de San Nicolás, “obispo”, siendo revestido con los ornamentos propios de la condición episcopal y recibiendo los honores correspondientes.
            Esta fiesta se sigue celebrando en algunos lugares, como Burgos (a la que corresponde la fotografía), Palencia, Monserrat o el valle de los Caídos, pero también en otras localidades como Béjar y algunas mucho más pequeñas.




Otra antigua tradición navideña es la del “Rey del haba”. Está relacionada con el haba que se introduce en el roscón de Reyes, ahora sustituida por una figurita. El origen remoto del roscón son las Saturnales romanas, unas fiestas en las que, entre otras cosas, se introducía un haba en un roscón y se repartía entre los esclavos, recibiendo honores especiales el que la encontraba, como si fuera un hombre libre.
        En la Edad Media y en épocas posteriores, el que encontraba el haba, era coronado “rey del haba”. De esta costumbre navideña nos han quedado numerosos testimonios pictóricos. Sin embargo, entre nosotros se introdujo la costumbre de que encontrar el haba obligaba a comprar otro roscón, convirtiéndose el honor en penalización.




Curiosamente, en Navarra la fiesta ha recuperado su sentido original y, cada año en una localidad diferente, es proclamado rey el niño que encuentra el haba en el roscón que se les sirve. Además de ser coronado, es alzado sobre un pavés.



            Seguidamente, dio a conocer otras tradiciones de las que han quedado testimonios documentales o iconográficos en nuestra zona. La más importante es la del rey pájaro o pajarillo de la que Profª D ª María del Carmen García Herrero dio a conocer datos de algunos problemas planteados en Magallón y Trasmoz, con motivo de las fiestas que tenían como protagonista a este personaje.



La tradición del “rey pájaro” se inscribe en el marco de una institución medieval presente en muchos lugares, la de las asociaciones de jóvenes que, en Aragón, eran conocidas con el nombre de “reage” o “reatge”. La misma autora, anteriormente citada, la encontró reflejada en los estatutos u ordinaciones de Mallén, en 1480. Pero la gran novedad que ayer se dio a conocer fue el descubrimiento, por parte del embajador D. Manuel Gómez de Valenzuela, de un documento que hace alusión a la tradición del reatge en Borja. En concreto, en el protocolo del notario de Zaragoa Alfonso Martínez, quien en el arrendamiento de la primicia, efectuado por los jurados de Borja el  24 de agosto de 1443, registra la obligación, por parte de los arrendadores de pagar una pequeña cantidad “A los mozos que fazen reatge”.




Esas asociaciones de jóvenes eran de carácter obligatorio para los mayores de 17 años y, al frente de ellas, había un rey y un conde. Tenían como misión organizar el baile de los domingos y participar en las fiestas de Navidad, primavera, agosto, en las rondas, así como asistir a las bodas de sus miembros y a las misas en determinadas festividades. Por eso era muy importante la contratación de los músicos.




Existen representaciones del rey pájaro y de los jóvenes del reatge en distintos lugares, como en la techumbre de la catedral de Teruel, de la que antes insertamos unas fotografías, o en el refectorio de la catedral de Pamplona, en una de cuyas ménsulas aparece la imagen policromada de un rey pájaro, asociado a la primavera.




            Pero, especialmente interesante es su identificación con el mes de abril que aparece en algunos calendarios, como el del panteón de Reyes de la colegiata de San Isidoro de León.




            Otro de esos interesantes calendarios se encuentra en la ermita de la Virgen de la Huerta de la vecina localidad de Fréscano y, de nuevo allí, aparece el rey pájaro en el mes de abril. Aquí lo vemos coronado y con dos ramos en la mano. Hasta ahora, se interpretaba como una representación de una labor agrícola correspondiente a ese mes, algo de difícil comprensión, pues no era imaginable ver a un rey realizando estos trabajos. La nueva interpretación, debida también a la Profª García Herrero confiere especial interés a esta pintura de Fréscano que, de esta forma, se convierte en testimonio de una tradición desaparecida de nuestra zona.



            Aunque, como señaló el conferenciante ha podido perpetuarse en una ceremonia que aún subsiste en dicho municipio y que se celebra el Domingo de Resurrección, la del traslado de la Virgen de la Huerta desde su ermita a la iglesia parroquial, adornada con ristras de caramelos (de ahí el nombre de “Virgen de los caramelos”) discurriendo la comitiva por las calles de  la población que se engalanan con arcos de laurel y ramos del mismo arbusto en balcones y ventanas. 

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