miércoles, 8 de junio de 2016

Las visitas de Alfonso V el Magnánimo a Borja


            Que Alfonso V de Aragón fue el monarca que, desde su real de Nápoles, otorgó a Borja el título de ciudad el 2 de octubre de 1438, es algo bien conocido por todos los borjanos. Sin embargo, suelen pasar desapercibidas las varias visitas que, con anterioridad, había realizado a la entonces villa y los problemas planteados en aquellas ocasiones.
            La primera de ellas tuvo lugar en 1425. El monarca que había permanecido fuera del reino, desde 1420, había regresado en 1423 para apoyar a sus hermanos, los infantes de Aragón, en el contencioso que mantenían con su primo Juan II de Castilla y el valido D. Álvaro de Luna.

            En 1425, Alfonso V reunió tropas con el propósito de entrar en Castilla por esta zona, alojándose en Borja, desde donde ofreció al condestable D. Álvaro de Luna, la entrega de Borja y Magallón, a cambio de la libertad de su hermano. Afortunadamente, las negociaciones no llegaron a término, para alivio de los borjanos que, en modo alguno, querían pasar a ser señorío de un extraño.




            En relación con esta estancia del rey de Aragón, hemos recibido una comunicación de D. Javier Martínez, Director de la Escuela de Violeros de Zaragoza, el cual nos informa de un documento que dio a conocer en su tesis doctoral. “El arte de los violeros españoles, 1350-1650)” que reviste especial interés, como testimonio de esa visita y del ambiente que le caracterizaba, un tanto ajeno a las preocupaciones de la posible guerra.
            Porque se trata de una carta, carta escrita desde la villa de Borja, el 23 de julio de 1425, en la que encarga a Johan Comes, “mestre de fer instruments de zonar”, unas arpas. El pedido se completa con los estuches de cuero negro encomendados a Antonio Mestre y las cajas para llevarlas hasta la corte, encargadas al carpintero Antonio Carbonell. En la misma carta se piden cuerdas,“una grossa de cordes d´arpa”, a Domingo Benditxo, “mestre de cordes d´arpe”. 



            Queremos agradecer a D. Javier Martínez, este dato, junto con la transcripción del documento, recordando la búsqueda que compartimos en Xàtiva de una viola representada en un retablo de esa ciudad y que, inicialmente, intentamos localizar en el Museo de la Colegiata. No estaba allí, pero al día siguiente D. Leandro José Galindo la encontró en el actual retablo de la iglesia del antiguo convento de franciscanos. Como era imposible fotografiarla en el transcurso de una celebración litúrgica, adquirimos la postal que reproducimos, enviándosela a continuación. 



            Respecto al tema que nos ocupa, debemos recordar que Alfonso V volvió a Borja en 1428, 1429 y 1430, estableciendo su real en esta última ocasión en Albeta. Después, volvió a Nápoles en 1432, para no regresar nunca a Aragón. Allí vivió como un príncipe del Renacimiento, unido sentimentalmente a Giraldona de Carlino, con la que tuvo tres hijos y, posteriormente, con la bellísima joven Lucrezia d’Alagna, de la que se enamoró perdidamente, hasta el punto de solicitar al papa Calixto III, la anulación de su matrimonio con la reina Dª María de Castilla que vivió la mayor parte de su vida, alejada de su legítimo esposo, residiendo durante algunas temporadas en nuestra ciudad, como cámara de la reina. Desde aquí encargó a un alfarero de Manises una vajilla para su casa. De esa misma época se conserva un fragmento en el Museo Arqueológico que, quizás, pudo pertenecer a uno de los platos que utilizó.
            En cualquier caso, esos encargos de instrumentos musicales o vajillas constituyen curiosos testimonios de gustos y costumbres cotidianas que coexistían con las tensiones y enfrentamientos familiares.

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