martes, 7 de febrero de 2017

Una guía turística del siglo XIX


         No sin ciertas dificultades hemos conseguido adquirir un curioso folleto, editado en Madrid en 1887, que lleva por título Plano y Guía del Viajero en Calatayud, Tarazona, Borja y Daroca, de la que es autor Emilio Valverde.
         En sus 44 páginas únicamente incluye un grabado de la fachada principal del monasterio de Piedra y una vista general de Calatayud. Puede ser considerada una guía turística para los viajeros de la época, con información práctica de los municipios citados.
         Por lo que respecta a Borja, le dedica cuatro páginas, indicando que la manera de acceder a ella es a través de Tarazona, a donde se puede llegar en ferrocarril, existiendo un servicio diario de carruajes hasta Borja, siendo su precio de 5 pesetas por asiento. También había carruajes que comunicaban nuestra ciudad con las estaciones de Gallur y Cortes. Entonces, aún no se había instalado el ferrocarril Cortes-Borja y las comunicaciones con Zaragoza eran escasas y malas.

         Al referirse a los alojamientos puntualiza que hay un “regular hospedaje” en la “casa Lacambra y en el parador de Frauca”. Este último era el que estaba en la plaza de Santo Domingo y acaba de construirse, mientras que de la casa Lacambra nada sabemos.



         Tras una breve descripción de la historia y la geografía de la zona, señala los monumentos más destacados: la colegiata, las parroquias de San Bartolomé y San Miguel; los conventos de la Concepción y Santa Clara; y los cuatro edificios de los antiguos conventos masculinos desamortizados que denomina de “franciscanos, agustinos, capuchinos y recoletos” (Se confunde al omitir el de dominicos, dado que la denominación “recoletos” es aplicable al de agustinos).




Otros equipamientos a los que hace alusión son las “casas municipales; el hospital de caridad, el pósito municipal; las escuelas de primera y segunda enseñanza (dato este último interesante) y los círculos de recreo.

         Resalta el hecho de que “fuera de la población, y en todas direcciones, hay bonitos paseos, llamando la atención el denominado Nuevo salón de la Florida, abundante en rosales colocados entre olmos, plátanos y moreras”. Sobre este espacio público situado por donde ahora discurre la carretera de Cortes, ya nos ocupamos en un artículo publicado en Cuadernos de Estudios Borjanos, dada la relevancia que, en su momento, tuvo esta realización municipal y otras similares en las otras entradas de la población que se desvirtuaron cuando se decidió trazar las carreteras por el espacio que ocupaban los paseos que, hasta entonces, habían conferido singularidad a nuestra ciudad.



         Respecto al autor, podemos indicar que Emilio Valverde Álvarez (1848-1894) había nacido en Manila. Militar de profesión y cartógrafo, se especializó en la publicación de guías de los distintos reinos peninsulares. Probablemente, a partir de ellas, editó posteriormente esas guías para viajeros de las que la de Borja constituye un ejemplo. Las ilustraba con mapas y planos dibujado por él, dado que era también especialista en Cartografía. En cualquier caso, el librito que hemos adquirido puede ser considerado como la primera guía turística de Borja.

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