miércoles, 26 de abril de 2017

Tradiciones de la comarca: La ronda del roscón en Borja



         La víspera de San Jorge se celebró en Borja la ronda del Roscón, organizada por el M. I. Ayuntamiento con la Escuela Municipal de Folclore Aragonés. Se trata de una antigua tradición en la que los rondadores recorren las calles de la ciudad precedidos por una larga caña en la que se insertan los roscones que, desde balcones y ventanas, lanzan a su paso.




         La ronda partió de la Casa Consistorial, desde donde, a las once en punto de la noche como se advierte en el reloj, el Sr. Alcalde D. Eduardo Arilla Pablo lanzó el primer roscón y, a continuación, ofreció unas pastas a los participantes.






         Además de escucharse el canto de la jota, los alumnos de mayor edad y los más pequeños bailaron, algo que no suele ser muy habitual en las antiguas rondas, en las que la tradición marcaba que eran los jóvenes los que cantaban a las mozas, bajo sus ventanas, siendo recompensados con un roscón, a lo que ellos correspondían en muchas localidades, enramándolas en la noche de San Juan. Cuando no recibían el roscón, su venganza consistía en colgar “carnuces” o restos de animales en la ventana de la desagradecida moza.





         Con el acompañamiento de numerosas personas la ronda siguió su recorrido, llegando a la Casa de Aguilar, desde cuyo balcón, nuestro Centro hace entrega todos los años de varios roscones.




         En esta ocasión habíamos preparado cuatro y, aunque uno de ellos se rompió, fueron tres los que se deslizaron por la caña que llevaba Alfredo Sánchez Pablo, lanzados con precisión por María Ángeles Martínez, Rosa Rojas y la niña Marta Miguel. No obstante, este año no hubo jotas en la plaza, salvo la que cantaron a su paso, lo que nos plantea el problema de donde colocaremos el carnuz en la noche de San Juan, pues si era costumbre “castigar” a los que no entregaban roscones, lo mismo habrá que hacer  con los que no cantaron al recibir tan generoso obsequio.




         La ronda deparó bonitas imágenes recogidas por Enrique Lacleta, autor de las fotografías que ilustran este reportaje, como esta última tomada en la calle de San Francisco con el arco al fondo.




         Fueron muchos los roscones reunidos, los cuales se entregaron después al hospital Sancti Spiritus y a los dos conventos de clausura como es costumbre todos los años.





         Entre jotas cantadas y bailadas, la ronda terminó a altas horas de la madrugada, renovando una vez más esta tradición que, durante algún tiempo, estuvo perdida pero que, desde hace años, ha sido recuperada con fuerza como viene a demostrarse en cada víspera de la fiesta del patrón de Aragón.

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