miércoles, 29 de marzo de 2017

Una fuente olvidada de Borja



         Hace ya tiempo, publicamos una serie de artículos dedicados a las fuentes de Borja, en los que dedicamos especial atención a la fuente de las Canales, la más antigua de las que existieron en la ciudad. Tras una primera entrega sobre su historia, volvimos a ofrecer en otro artículo, estas dos fotografías de extraordinario interés, en las que podía apreciarse el diseño original y el que tuvo a comienzos del siglo XX.




         Más tarde, en el que dedicamos a la fuente del Campo del Toro, decíamos que antes de la inauguración en julio de 1887 de la actual, existió en ese espacio una de las tres fuentes que había en el casco urbano hasta 1800: la citada fuente de las Canales, el llamado “brollador de San Francisco”, en la plaza del mismo nombre, y la denominada “fuente de Fondizuelo” en la actual plaza de España. Sobre esta última fuente decíamos textualmente: “Ignoramos sus características, pero debía ser muy sencilla y con un pequeño pilón. El agua sobrante se perdía en la tierra hasta que, en 1628, se ordenó canalizarla hacia la portería del convento contiguo”.
         Pues bien, ahora el Dr. D. Alberto Aguilera Hernández acaba de localizar la capitulación realizada el 23 de agosto de 1562, entre el Justicia y Jurados de Borja por una parte y el picapedrero Juan Ibargam, para la construcción de esa fuente en el lugar donde ya existía un abrevadero, cuyas piedras fueron reutilizadas.
         En concreto, se señala que el “arca” donde se recoge el agua está junto a la pared del huerto de D. Jerónimo de Vera y que la fuente ha de tener tres o cuatro caños, y los caños los “los ha de recibir un abrevador como el que está allí mismo”. Ha de ser de la profundidad suficiente para poder “hundir dentro del abrevador los cántaros, lo que fueren por agua, como se hace en las Canales”.
         Por otra parte, entre los acuerdos municipales hemos encontrado uno de 1 de mayo de 1703, en el que se aprueban los gastos de la reparación de la fuente del Campo del Toro, testimonio evidente de la existencia de dicha fuente.
         Con anterioridad, el 1 de marzo de 1684, se había tomado la decisión de conceder al convento de capuchinos la predicación de cuatro Cuaresmas, para que con la cantidad que recibieran por ello, “reparen la iglesia de su convento e hiciesen en la carrera llamada de los capuchinos un surtidor, dándoles para ello el agua de Fondaizuelo”. No obstante, en 1687, la ciudad se obligó a “reedificar la fuente de Fondizuelo, llevando el agua a ella desde su nacimiento por arcaduces”.

         A la vista de los datos disponibles hasta este momento, podemos deducir que en la plaza de España existió un abrevador, conocido con el nombre de “Fondaizuelo” o “Fondizuelo”, ubicado en lugar no determinado. Que en 1562, fue construida una fuente con tres o cuatro caños, cuyas aguas sobrantes se perdían. Que en 1684, esa agua sobrante fue concedida al convento de capuchinos para que hicieran un “surtidor” en la carrera que ahora lleva el nombre de avenida Cervantes. Que la fuente de Fondaizuelo fue reparada por el Ayuntamiento a finales del siglo XVII o comienzos del XVIII y, finalmente, fue reemplazada por la actual, inaugurada, como se ha indicado, el 31 de julio de 1887.

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